Cuarto disco del mejor grupo de folk contemporáneo que jamás ha dado Galicia. Berrogüetto es el nombre de la subversión en contra de lo acomodaticio y de lo rutinario. Es la búsqueda de un más allá en el discurrir de las horas de trabajo honesto y sincero, en la belleza escondida en el trasluz de la constancia. Berrogüetto es el nombre de la minuciosidad puntillísta, del fino encaje de armonía y tiempo, de la ágil melodía que no se contenta con su galanura y alza los ojos para percibir horizontes más azules y más amplios. Hace ahora diez años que estos artistas vinieron a convulsionar el mundo folk con un discurso diferente y atrayente. La genialidad de estos músicos gallegos fue capaz de crear un estilo propio e inconfundible, una escuela con seguidores e imitadores, algo a lo que muy pocas formaciones tienen el privilegio de acceder. En eso se distinguen los grandes creadores: solo ellos permanecen en el imaginario colectivo de un país, revelándose continuamente en los usos y patrones estilísticos de las nuevas generaciones de músicos. Por si esto fuera poco, Berrogüetto vive en un perpetuum mobile, siempre cuestionándose a si mismos, siempre inquietos en su papel de grupo emblemático de la música gallega, agasajando a sus seguidores (entre los que me encuentro) con joyas musicales tan valiosas como poco frecuentes. Con tan solo tres trabajos discográficos, Berrogüetto abrió nuevos caminos para la música folk gallega.
0 comentarios:
Publicar un comentario