El camino fue largo desde sus primeras intervenciones-piratas hasta los megaconciertos delante de más de 80 000 personas. En 20 países, más de 600 espectáculos jalonan este trayecto: representaciones dadas por todas partes en Europa, a las puestas en escena grandiosas como la del centenario de la Torre Eiffel o la bajada en locomotora sobre los Campos Elíseos para el bicentenario de la revolución francesa. Pero ante todo, los Tambores de Bronx, es un espectáculo total, una realización basada en gestos, sonidos, luces. Su concierto se caracteriza arranca por ritmos lancinantes, simples y primitivos. Luego el ruido se hace nota, se intensifica, se estructura. Distinguimos las secciones que se buscan, se organizan, se corresponden. Creeríamos que oirían(entendarían) los ecos de un métropolis fantasma. Su música parece tomar pasos(fachas) de rito iniciático y arrastra(se lleva) a los oyentes hacia comarcas lejanas. Un espectáculo extraño y que hechiza quién, aquí como en otro lugar, embala a un público rápidamente conquistado a la universalidad de su intención(declaración). Un sonido en el estado puro cuyo resultado es estupefaciente y sostiene(soporta) ninguna comparación. Este espectáculo se ve, se entiende se resiente y resto martillado en lo más hondo de sí.
Si un día usted se pasea en ciertas afueras de los Estados Unidos, no le asombra de oír(entender) sonoridades tribales y percusiones endiabladas. Son los vigilantes(guardas nocturnos) de los guetos: hombres (o mujeres), equipadas de barriles, que son encargados de prevenir a los miembros de la comunidad de la presencia de agresores o de simpatizantes. Pero este concepto evoluciona, se hace un medio de crear una música exótica y muy expresiva. En efecto, « los Tambores de Bronx » son un ejemplo de este estilo de arte que atravesó el Atlántico. Este grupo, aproximadamente de veinte músicos, creado en 1987, es ante todo una banda de amigos que reside en Nevers, que se reunió alrededor de una pasión común: el ritmo. Es en julio de 1987 los Tambores de Bronx comienzan a hacer el ruido: Sin tambor, pero con bidones de aceite, barras de bosque(madera) y de acero, en el momento de realizaciones espectaculares, Los Tambores sobreponen sonidos de voz y samples, para crear una música repetitiva abrupta(brusca) entra hip hop, música industrial y música techno. Lo que al principio debía ser sólo una broma entre amigos se transformó rápidamente en un colectivo soldado(apiñado). Este último repitió los procedimientos de sus vecinos americanos, a saber sobre cajas de 225 litros golpeadas por mazos, y una rabia indecible que le da al conjunto una prestación escénica de los más extraordinarios.
Los tambores de Bronx edificaron su reputación martirizando bidones.
El ruido, el furor, los gritos, el jadeo brota, una pulsación que no lo acaba de subir. Bidones y electrónica para una energía siempre presenta. Melodía y fuerza metálica. Música a la energía bruta(cruda), los textos vuelve dentro. Mestizaje de reggae, de afra beat, de hip-hop y de rock(rocho) música techno.
Los Tambores de Bronx acarrean incansablemente en sus bidones de acero su universo devastador de fin del mundo.
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